Crepipasta #13 El Juego de las Escondidas
Creo que todos hemos jugado alguna vez a las escondidas. Una persona cuenta, otra persona se esconde, luego la persona que contó debe buscar a quien está escondido.
Como hija única, tengo que decir que es un juego que he aborrecido siempre… pero aquí hay una solución para quienes no tienen con quién jugar.
Sólo debo advertirte que una vez hayas empezado, deberás continuar hasta el final… dejarlo a la mitad es muy peligroso para ti y tus seres queridos. Quienes, por cierto, no deben estar en la casa al momento que juegues. Se recomienda también dejar todas las puertas sin cerrojo y mantener un celular contigo todo el tiempo, por si acaso.
Para este ritual vas a necesitar un muñeco de algodón que tenga brazos y piernas, arroz, una aguja e hilo color rojo, una taza de agua salada, un cuchillo o cualquier herramienta punzante y un lugar donde esconderte —en lo posible, una habitación purificada con incienso— que tenga un televisor en buen estado.
Extrae todo el relleno del muñeco y reemplázalo con arroz; esto representará los órganos del muñeco y atraerá a los espíritus. Corta alguna de tus uñas y colócala dentro del muñeco. Ahora cose al muñeco de nuevo utilizando el hilo, y ata el resto del hilo a su alrededor para representar a una artería, sellando así al espíritu que invocaste.
Llena una bañera o algún recipiente grande con agua y pon la taza de agua salada en la habitación donde te esconderás.
Ponle un nombre al muñeco —el que quieras, excepto el tuyo—.
Empecemos a jugar…
A las 3:00 a.m. dile al muñeco tu nombre y «es el primero». Tú serás el primero en buscar.
Ve al baño y pon el muñeco en la bañera con agua. Apaga todas las luces de la casa, ve hacia tu escondite y enciende el televisor. Cierra los ojos, cuenta hasta diez, vuelve al baño y apuñala al muñeco con el cuchillo. Ahora di, «Tú eres el siguiente», seguido del nombre del muñeco, al tiempo que lo pones en el piso del baño. En cuanto el muñeco toque el piso corre hacia tu escondite. Has roto el sello que retenía al espíritu dentro del muñeco; ahora ese espíritu está enojado, y te busca.
En tu escondite podrás sentir la presencia de lo que sea que está buscándote mediante el televisor. Éste empezará a comportarse de modo extraño a medida que «ello» esté más cerca de ti. No te muevas ni hagas ningún sonido. Si purificaste el ambiente con incienso, el espíritu no entrará.
Cuando te canses, pon en tu boca media taza del agua con sal —sin tragarla ni escupirla; así te mantendrás protegido de lo que merodea por tu casa— y, con el resto de la taza en tu mano, sal de la habitación y comienza a buscar a tu compañero de juegos. De más está decirte que no se encontrará en el baño. Cuando lo encuentres, échale el resto del agua salada y escupe sobre él la que tienes en tu boca. Grita tres veces «Yo gano». Deja que el muñeco se seque, quémalo y luego deshazte de él.
No extiendas este ritual por más de dos horas.
Como hija única, tengo que decir que es un juego que he aborrecido siempre… pero aquí hay una solución para quienes no tienen con quién jugar.
Sólo debo advertirte que una vez hayas empezado, deberás continuar hasta el final… dejarlo a la mitad es muy peligroso para ti y tus seres queridos. Quienes, por cierto, no deben estar en la casa al momento que juegues. Se recomienda también dejar todas las puertas sin cerrojo y mantener un celular contigo todo el tiempo, por si acaso.
Para este ritual vas a necesitar un muñeco de algodón que tenga brazos y piernas, arroz, una aguja e hilo color rojo, una taza de agua salada, un cuchillo o cualquier herramienta punzante y un lugar donde esconderte —en lo posible, una habitación purificada con incienso— que tenga un televisor en buen estado.
Extrae todo el relleno del muñeco y reemplázalo con arroz; esto representará los órganos del muñeco y atraerá a los espíritus. Corta alguna de tus uñas y colócala dentro del muñeco. Ahora cose al muñeco de nuevo utilizando el hilo, y ata el resto del hilo a su alrededor para representar a una artería, sellando así al espíritu que invocaste.
Llena una bañera o algún recipiente grande con agua y pon la taza de agua salada en la habitación donde te esconderás.
Ponle un nombre al muñeco —el que quieras, excepto el tuyo—.
Empecemos a jugar…
A las 3:00 a.m. dile al muñeco tu nombre y «es el primero». Tú serás el primero en buscar.
Ve al baño y pon el muñeco en la bañera con agua. Apaga todas las luces de la casa, ve hacia tu escondite y enciende el televisor. Cierra los ojos, cuenta hasta diez, vuelve al baño y apuñala al muñeco con el cuchillo. Ahora di, «Tú eres el siguiente», seguido del nombre del muñeco, al tiempo que lo pones en el piso del baño. En cuanto el muñeco toque el piso corre hacia tu escondite. Has roto el sello que retenía al espíritu dentro del muñeco; ahora ese espíritu está enojado, y te busca.
En tu escondite podrás sentir la presencia de lo que sea que está buscándote mediante el televisor. Éste empezará a comportarse de modo extraño a medida que «ello» esté más cerca de ti. No te muevas ni hagas ningún sonido. Si purificaste el ambiente con incienso, el espíritu no entrará.
Cuando te canses, pon en tu boca media taza del agua con sal —sin tragarla ni escupirla; así te mantendrás protegido de lo que merodea por tu casa— y, con el resto de la taza en tu mano, sal de la habitación y comienza a buscar a tu compañero de juegos. De más está decirte que no se encontrará en el baño. Cuando lo encuentres, échale el resto del agua salada y escupe sobre él la que tienes en tu boca. Grita tres veces «Yo gano». Deja que el muñeco se seque, quémalo y luego deshazte de él.
No extiendas este ritual por más de dos horas.
Crepipasta # Mentirosos
Había una vez un joven que vivía en
nuestro vecindario llamado Jimmy, que fue acogido por ser un chico
seguro y divertido. Pero su boca frecuentemente lo solía meter en varios
problemas, y nunca aprendía la lección. Cuando la gente le preguntaba
por su conducta y sus bromas, él siempre sonreía, y decía, “La
honestidad es la mejor política, al menos ellos no me ocultan nada mí,
ni yo les oculto nada a ellos”.
Un día, uno de los chicos que se enfadaba
constantemente por las bromas pesadas de Jimmy reunió a un grupo de
amigos suyos que tampoco les gustaba Jimmy, y lo acorralaron en el
laboratorio de ciencias.
Brett, el cabecilla del grupo, le dijo
mientras lo miraba su cara amenazadora: “Tu boca te metió en esto…
recuérdalo”. Cogieron un bote de ácido sulfúrico de un estante del
laboratorio y se lo arrojaron en la cara. Se le quedaron viendo mientras
gritaba de dolor y el ácido derretía lentamente su cara, antes de
mofarse de él y salir corriendo fingiendo estar alarmados y buscando
ayuda.
Cuando la ambulancia llegó y atendieron a
Jimmy, el director preguntó al resto de los adolescentes si sabían lo
que pasó. Brett explicó que pasaron por el salón y vieron a Jimmy
merodear por la sala del laboratorio, y que, para el momento en que
entraron, ya estaba en ese estado. Los otros miembros del grupo se
unieron y respaldaron a Brett con otros datos falsos; Jimmy trató de
protestar, pero su terrible agonía lo mantuvo callado. El director
asintió y dijo que iba a hablar con ellos después de que escuchase la
versión de Jimmy, una vez que le dieran de alta.
Pasaron unos días y Jimmy permaneció en
la unidad de cuidados intensivos; los médicos se esforzaban por salvar
lo poco que quedaba de su rostro. Su visión seguía intacta en uno de sus
ojos y su mandíbula seguía resistiendo a pesar de la pérdida de carne.
Aún era incapaz de hablar, sólo se quedaba sentado en la camilla del
hospital todo el día, mirando al techo con sus ojos sin pestañear,
inyectados en sangre y llenos de resentimiento.
Cuando salió del hospital, tiempo
después, nunca respondía a lo que se le decía con nada más que la
palabra “mentirosos”. Su vida social se esfumó por completo; incapaz de
sonreír o incluso de hacer una broma inocente, se recluyó en su
habitación y comenzó a planear. Pensamientos vengativos y enfermizos
empezaron a irrumpir en su mente; se vengaría de todos, uno por uno, los
diezmaría, los cortaría en rodajas y quemaría sus restos. Esperó
pacientemente hasta que el grupo fuese vulnerable, por la noche, cuando
se despidieran entre sí y cada uno partiera a su casa. Entonces
atacaría.
Ese fin de semana, Brett recibió un
paquete por correo. Curioso, lo abrió y encontró cinta de video que
tenía escritas las palabras “Para ti” en la parte frontal. La colocó en
el reproductor y se puso a verla.
Era un video casero grabado por alguien
desconocido que no habló en lo absoluto durante toda la película. En el
inicio, la cámara apuntaba a la fecha de un periódico, era de ayer.
Mientras la cámara se alejaba, se podía ver que estaba en un sótano. En
medio de la sala colgaba una bombilla que iluminaba una parte del
cuarto, y debajo de ella, delante de la cámara, con sus manos sobre las
rodillas, se encontraba uno de los amigos de Brett. Estaba desnudo, con
una venda sucia alrededor de su cara y una mordaza en su boca. Su cuerpo
estaba cubierto de sangre, quemaduras desagradables, moretones y
cortes.
El camarógrafo retiró la mordaza de la
boca del niño llorando, y éste de inmediato le suplicó que lo llevara a
casa: “Por favor, POR FAVOR déjame ir… yo… ¡hice lo que querías! Oh
Dios… Jesse, Mike, Keith… ¡Tú me has hecho un puto carnicero! Sólo… me
quiero ir a casa… por favor”, repetía una y otra y otra vez,
balanceándose de atrás hacia adelante.
Las piernas de Brett comenzaron a temblar
y sintió la bilis en su estomago, podía ver los cuerpos quemados y
mutilados en el fondo del cuarto. Los cuerpos de sus amigos.
El camarógrafo se acercó a la barbilla
del chico y la levantó, alentándolo a ponerse de pie. Luego, lo puso de
espaldas a la cámara. Tenía una herida más grande que las anteriores,
formando la palabra “Mentirosos”. El camarógrafo se lo llevó hacia una
puerta fuera de la pantalla y la cámara se apagó…
Cuando se inició de nuevo, ya no estaban
en la casa; Estaban en las afueras de un bosque espeso cubierto por una
capa densa de nieve, y ya no parecía ser el mismo hombre el que sostenía
la cámara. Era el amigo de Brett, que temblaba y murmuraba algo
mientras sostenía la cámara por 30 segundos, apuntando en dirección a
unos árboles en la distancia. Se escucharon pisadas acercándose.
El niño empezó a gritar y llorar en lo
que el sonido de las pisadas sobre la nieve se hacía audible desde
aparentemente todos los ángulos.
Se detuvo.
Él se volteó rápidamente encontrándose
con la cara destrozada de Jimmy; un terrible alarido estalló por los
parlantes y la palabra “Mentirosos” apareció antes de que la cinta se
interrumpiera abruptamente..
Brett sentía que se iba a desmayar y
aseguró la puerta de su entrada, sabiendo lo que le esperaba. Justo al
voltearse para salir corriendo, chocó con algo y cayó de espaldas contra
el suelo.
De golpe, sintió cómo el ácido era
derramado lentamente sobre su cara. Lo último que llegó a ver y escuchar
fue la palabra “mentirosos”, y la cara de Jimmy, deformándose en una
sonrisa enfermiza…
Crepipasta # El Muñón sin Ojos
“Era un día muy lluvioso. Estaba
realmente enfermo, me dolía mucho la cabeza y pasé el día entero en la
cama. Tenía más o menos diez años, pero recuerdo perfectamente lo que
pasó. Me desperté en medio de la noche, creo que serían las tres o
cuatro de la madrugada, para entonces mi dolor de cabeza comenzaba a
aliviarse; pero me entraron ganas de ir al baño.
Al levantarme vi por mi ventana que
seguía lloviendo, salí del cuarto y fui por el pasillo de mi casa. No
quería encender la luz del pasillo para no despertar a mis padres, así
que empecé a andar a oscuras por el pasillo muy despacio. Entonces oí
unos leves ruidos originados de lo que parecía ser algo que me seguía.
Al principio pensé que eran las gotas de lluvia, pero realmente el
sonido venía de detrás de mí. Cuando me detuve, este ruido se detuvo
también. En ese momento se me quitaron las ganas de ir al baño, no veía
absolutamente nada; me quedé quieto un rato, sintiendo por todo mi
cuerpo una sensación de escalofríos, ya que sentía que realmente algo me
seguía entre la oscuridad.
De repente algo frío me pasó rozando un
pie. Di un gran salto de miedo, fui corriendo a mi cuarto y pulsé el
interruptor de la luz. Se me deslumbró la vista y no pude evitar cerrar
los ojos un momento. Cuando los abrí, no había absolutamente nada en el
pasillo. Me dije a mí mismo aliviado que sólo eran fabricaciones mías.
Por suerte no desperté a mis padres, así que fui al baño… pero cuando
abrí la puerta del baño me quedé completamente asombrado al ver un
animalito muy extraño subido sobre el lavabo. Se ocultaba de la luz que
venía del pasillo, pero pude ver un pequeño rostro con unos ojos
completamente negros y una expresión muy triste. Encendí la luz del
baño, pero cuando la encendí, desapareció. Como si se hubiera evaporado.
Para ese punto mi padre había despertado y
me preguntó lo que me pasaba; cuando se lo conté, me dijo que eso eran
alucinaciones producidas por la fiebre. No volví a ver a ese hombrecito o
lo que fuera… pero a veces me despierto en medio de la noche y pienso
que está ahí observándome, con esa cara tan triste”.
Esta fue la anécdota que me contó mi
abuelo. Otras personas cuentan que sus hijos, cuando son bebés, se
despiertan en medio de la noche llorando porque ven al Muñón sin Ojos.
Los niños y personas que tienen miedo a la oscuridad se debe a que han
tenido una experiencia con esta criatura en su infancia, e
instintivamente dejan alguna luz encendida para poder dormir; saben que
mientras haya luz, el Muñón sin Ojos no se les aparecerá.
Hay ideas cristianas que dicen que si
estás bautizado el Muñón sin Ojos no aparecerá, también dicen que si
sientes su presencia y te pones a rezar el Muñón sin Ojos desaparecerá
para siempre. Otros dicen que lo mejor para ahuyentarlo es la luz, pero
también dicen que este ser no aparece si tienes animales de compañía.
Hay muchas creencias sobre esta criatura,
pero la evidencia de su existencia no está del todo clara. Sin embargo,
es cierto que muchas veces sentimos ese miedo que nos hace pensar que
en esa oscuridad absoluta hay algo. Puede ser el Muñón sin Ojos, puede
ser tu imaginación; ¿quieres averiguarlo?
Levántate de la cama en plena oscuridad y
quédate quieto en medio de tu cuarto. La más mínima sensación de miedo
hará que este ser se manifieste y oirás los sonidos de sus bracitos
moviéndose por tu cuarto. Supuestamente no es peligroso, pero eso no es
del todo seguro. Si enciendes la luz de tu cuarto desaparecerá. Todos
tenemos un Muñón sin Ojos que forma parte de nosotros y que sólo
nosotros podemos ver.
Crepipasta # DRAGON BALL HORROR
Estaba viendo Dragon Ball online en una pagina (lamentablemente explicare que paso con ella después) llamada dragonball.com. Iba por el capitulo 122 de DB cuando el capitulo dejo de cargar.
Estaba ya acostumbrado porque era una pagina de mierda pero lo volví a abrir. Lo que pasó en el capítulo fue horrible; no solo no tenía nada que ver con el capitulo anterior “El momento crucial de Goku” si no que fue sádico y de contenido explícito:
Goku estaba peleando con Vegeta pero de manera más violenta, sangrienta y no a la manera de Goku. Goku no dejaba un solo momento de atacarlo y se podian ver dientes rotos volar por los aires. Depúes Goku lo mandó a volar y al estrellarse Vegeta tenia una mirada de miedo como diciendo “por favor deja de golpearme por lo que mas quieras”, pero Goku se veía enojado (de manera diabólica), fue a golpearlo y Vegeta no lo evitó, le estaba propinando terrible paliza. Goku retrocede y toma a Vegeta por la pierna (cosa que era un tanto común para arrojarlos por el aire) pero lo que pasó a continuación fue impactante: Goku logra arrancarle la pierna de manera demasiado realista para como era la serie habitual. Vegeta queda desangrándose en el suelo del planeta Namek (donde peleaba con freezzer) y Vegeta aterrorizado le suplica a Goku que deje de golpearlo, pero era inútil; Goku parecía poseído y luego lanza la pierna al suelo junto a Vegeta, y empieza a gritar.
El cabello se le torna de un color verde oscuro y sus ojos se pusieron totalmente negros. Gritó más y más fuerte, tanto que me aturdía. Vegeta estaba sorprendido y horrorizado, y yo pensaba que estaba así porque Goku no solía comportarse de esa manera. Efectivamente, Goku empieza a transformarse pero no en Súper Sayayin, sino en otra cosa mas espeluznante: Goku se empieza a arrancar la piel. Terminó de convertirse y luego cayó en picada hacia Vegeta, quien intenta escapar pero falla y Goku le rompe el pecho. Sus costillas salen de su cuerpo y luego Goku lo toma del cuello y le arranca un pedaso de mejilla, acto seguido lo eleva; una luz del infierno se abre y sale el mismísimo Satán. Goku se lo lleva y termina el episodio.
Estaba ya acostumbrado porque era una pagina de mierda pero lo volví a abrir. Lo que pasó en el capítulo fue horrible; no solo no tenía nada que ver con el capitulo anterior “El momento crucial de Goku” si no que fue sádico y de contenido explícito:
Goku estaba peleando con Vegeta pero de manera más violenta, sangrienta y no a la manera de Goku. Goku no dejaba un solo momento de atacarlo y se podian ver dientes rotos volar por los aires. Depúes Goku lo mandó a volar y al estrellarse Vegeta tenia una mirada de miedo como diciendo “por favor deja de golpearme por lo que mas quieras”, pero Goku se veía enojado (de manera diabólica), fue a golpearlo y Vegeta no lo evitó, le estaba propinando terrible paliza. Goku retrocede y toma a Vegeta por la pierna (cosa que era un tanto común para arrojarlos por el aire) pero lo que pasó a continuación fue impactante: Goku logra arrancarle la pierna de manera demasiado realista para como era la serie habitual. Vegeta queda desangrándose en el suelo del planeta Namek (donde peleaba con freezzer) y Vegeta aterrorizado le suplica a Goku que deje de golpearlo, pero era inútil; Goku parecía poseído y luego lanza la pierna al suelo junto a Vegeta, y empieza a gritar.
El cabello se le torna de un color verde oscuro y sus ojos se pusieron totalmente negros. Gritó más y más fuerte, tanto que me aturdía. Vegeta estaba sorprendido y horrorizado, y yo pensaba que estaba así porque Goku no solía comportarse de esa manera. Efectivamente, Goku empieza a transformarse pero no en Súper Sayayin, sino en otra cosa mas espeluznante: Goku se empieza a arrancar la piel. Terminó de convertirse y luego cayó en picada hacia Vegeta, quien intenta escapar pero falla y Goku le rompe el pecho. Sus costillas salen de su cuerpo y luego Goku lo toma del cuello y le arranca un pedaso de mejilla, acto seguido lo eleva; una luz del infierno se abre y sale el mismísimo Satán. Goku se lo lleva y termina el episodio.
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